El tour de cuatro días es una inmersión completa en la Grecia clásica, combinando los tesoros del Peloponeso con la maravilla geológica y espiritual de Meteora. El viaje comienza con una parada para admirar el crucial Canal de Corinto antes de dirigirnos a la poderosa Argólida. En Micenas, la ciudad de los atridas, exploraremos las impresionantes ruinas de la civilización micénica, incluyendo las Murallas Ciclópeas, la Puerta de las Leonas y el majestuoso Tesoro de Atreo o Tumba de Agamenón. La inmersión en la Antigüedad continúa en el Santuario de Esculapio en Epidauro, famoso centro de sanación y cuna del teatro, cuyo ejemplar antiguo es aclamado por su acústica y armonía. El recorrido del primer día culmina atravesando el Peloponeso central para alojarnos en Olimpia.
El segundo día está dedicado a la inmortalidad de los Juegos Olímpicos en el idílico valle de Olimpia. Visitaremos los restos de las instalaciones deportivas como el gimnasio y la palestra, el taller de Fidias y el santuario que albergó al Zeus Olímpico, una de las siete maravillas de la Antigüedad. Tras un recorrido por el Estadio y el Museo Arqueológico de Olimpia, el viaje nos lleva hacia el norte. Cruzaremos el imponente puente colgante Rio-Antirio, una de las obras de ingeniería más grandes del mundo, y continuaremos hacia Delfos, donde pasaremos la segunda noche. El tercer día amanece en Delfos, el "ombligo del universo" y centro del influyente Oráculo de Apolo. Recorreremos la Vía Sacra hasta el Templo de Apolo, admirando tesoros votivos como el Tesoro de los Atenienses. La visita al Museo de Delfos es obligatoria para ver la copia del omfalos y la famosa estatua del Auriga de Delfos. Por la tarde, viajamos hacia el norte, haciendo una breve parada en el estratégico paso de las Termópilas, antes de llegar a Kalambaka para la tercera y última noche.
El broche de oro de esta aventura es la visita a Meteora, un fenómeno geológico único de "rocas suspendidas en el aire". Este auténtico bosque de peñascos gigantes está coronado por unos célebres monasterios cenobíticos fundados en el siglo XIV. Aunque en su apogeo llegó a tener 24 centros, hoy tendremos la oportunidad de conocer dos de estos monasterios únicos en el mundo, testimonio de la búsqueda de soledad por parte de los primeros anacoretas del siglo XI. Tras esta experiencia inigualable, regresaremos a Atenas, despidiéndonos del Monte Parnaso y de la pintoresca localidad de Arahova, popular destino de esquí.